miércoles, 24 de abril de 2019

El síndrome de Estocolmo.

¡Hola terrícolas👽! Esta semana he decidido hablar del síndrome de Estocolmo.
En este caso, para profundizar en el tema comenzaré haciendo una breve descripción del término síndrome. Se denomina síndrome al conjunto de síntomas que se provocan juntos y son característicos de una enfermedad o de un cuadro patológico determinado en ocasiones por la aparición de más de una enfermedad.
Bien, siempre me han surgido muchas dudas sobre este síndrome por ello he decidido dedicar este post a profundizar un poco más en él.
Se habla del síndrome de Estocolmo cuando la víctima de un secuestro o retención en contra de su voluntad desarrolla un fuerte vínculo de afectividad y una relación de complicidad con su agresor. Principalmente se debe a que las víctimas malinterpretan la ausencia de violencia como un acto de humanidad por parte de su agresor. Según datos de la Federal Bureau of Investigation, alrededor del 27% de las víctimas de 4700 secuestros. Las víctimas que experimentan el síndrome muestran regularmente dos tipos de reacción: sentimientos positivos hacia sus secuestradores y por otra parte muestran sentimientos de ira y miedo contra las autoridades policiales y todo aquel que se encuentre en contra de sus captores. Algo muy importante es que el sentimiento es recíproco, ya que los secuestradores también desarrollan sentimientos positivos hacia sus rehenes.
Creo que uno de los casos más importante que afectan a la integridad mayoritariamente de la mujer en nuestra sociedad sería el síndrome de Estocolmo doméstico, también llamado el síndrome del hombre/ mujer maltratado. Este síndrome plantea que la persona víctima del maltrato por parte de su pareja llega a adaptarse a la situación, esto se da incrementando la habilidad para afrontar estímulos adversos y minimizar el dolor.
¿ Y por qué se le denomina a este síndrome con este término?
Bueno, el término hace referencia a un caso en concreto, tras un atraco en un banco de Estocolmo, cuando una cajera se enamoró de uno de los atracadores.
Tras finalizar con esta breve introducción del síndrome y su origen , voy a dar unos consejos que yo daría en mi posición de educadora social a aquellos que lo sufren y a sus familiares:
1. Tratamiento. La persona que lo padece debe ver a un especialista o psicólogo.
2. No insistir. No se debe tratar de explicar a la persona lo que le ocurre y tratar por todos los medios que cambie de opinión, porque esto probablemente reforzará aún más el vínculo afectivo con el secuestrador.
3. Trata de mostrar tu apoyo, respeto y cariño.
4. Evitar que se aisle, resulta primordial la comunicación.
5. Escucha para tratar de averiguar por lo que está pasando la persona que padece el síndrome.
6. El último consejo sería el más importante para mí, la persona debe mantener una actitud cooperativa en todo momento y así facilitar su recuperación.







2 comentarios:

  1. Hola Andrea, esta semana me ha tocado el rol de comentarista y uno de os blogs que he decidido comentar ha sido el tuyo. Primero, felicidades por tú entrada, me ha parecido muy interesante. El Síndrome de Estocolmo ya lo conocía, ya que lo estudié en el Ciclo de Grado Superior de Promoción de Igualdad de Género, pero lo que no conocía era por qué se llamaba así. Como tú bien dices este síndrome es más común en personas que han sido víctimas de algún tipo de abuso.
    Enhorabuena por tu trabajo en el blog
    Un saludo guapa

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    1. Gracias por comentar en mi blog Gloria, me alegra muchísimo saber que te h gustado mi post.
      Un saludo👽

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